Por Frank Greer
Caos es lo que se respira en Departamento policía de Lawrence ante la falta de liderazgo, y la falta de autoridad del Jefe de Policía, y la lucha interna por donde mando, acentuado por la unión de policía y su rechazo a la autoridad administrativa de la ciudad representada por el alcalde William Lantigua.
El Jefe de policía John Romero y el departamento de policía de Lawrence le están enviando un mensaje claro a la comunidad que ellos son incompetentes para pelear contra el crimen en la ciudad, y que no tienen estrategias ni visión para ponerle fin al resurgimiento del crimen y la delincuencia generalizada.
Según información dada a conocer por el periódico americano Eagle Tribune y la periodista Jill Harmacinski, aparentes portavoces del jefe de policía y la unión de policía de Lawrence, todos los clubes nocturnos trafican con drogas, armas y más. Lo que deja mucho que pensar, que el Tribune teniendo evidencias tan obvias de la delincuencia y el crimen organizado, como la policía es incapaz de detener los transgresores de la ley en la ciudad.
El departamento de policía, quien debe obediencia a la alcaldía, y su administración encabezada por el latino William Latigua, se a convertido en un elemento conspirador y de oposición a las políticas administrativas de la ciudad. Dicho organismo ha sido dividido por las pugnas políticas que no terminaron con la elección del primer alcalde latino.
No es posible tener un organismo policial politizado y haciendo de la vista gorda de los crímenes y un movimiento criminal a todas luces financiado y promovido por una oposición política.
El mensaje que deja entrever la policía y el jefe de policía John Romero, es claro, fracasaron ante el crimen y Jefe de policía Romero debe renunciar a su cargo, y dedicarse a la política.
Los ultimos asesinatos en la ciudad se han quedado sin resolver, los atracos que se cometen en la ciudad contra comerciantes dominicanos, con el mismo patrón de similitud, y que según los comerciantes atracados son de nacionalidad boricua. En dos casos aislados ha sido por un individuo centroamericano y el ultimo con resultado exitosos a MacCannan’s liquor, ejecutado por delincuentes dominicanos de la ciudad de Boston, atraídos por la falta de seguridad promovida por las autoridades.
Por otro lado, se quejan la ciudadanía que cuando llaman al cuartel para reportar un hecho delictivo la repuesta es que no se tiene suficientes policía para atender emergencia.
Ciudades demográficamente más grandes que Lawrence como Lowell, Haverhill, Parterson, NY, esta última la cual tuvo que sacar, por recorte presupuestario, la mitad de su fuerza policial, y además, con un presupuesto anual de unos 10 millones de dólores, han sabido manejar la situación sin darle soga suelta al crimen. No así Lawrence.
La Policía en su evidente fracaso ante los criminales y en su afán de culpar a la alcaldía por el despido de unos 40 efectivos envía un mensaje erróneo, que los criminales son los dueños de las calles de ciudad.
John Romero, de origen puertorriqueño, fue contratado por ser latino, para traer un mayor acercamiento a la comunidad y buscar un balance la distribución administrativa de la ciudad. Esto no ha sido posible, el jefe policía es apático a los latinos, nunca se le ha oído decir ni “papas” en español como si fuera una vergüenza su origen latino.
Parece ser que al jefe policial se le es imposible hacer mancuernas con su comunidad y la administración latina como lo hacia en el pasado con los alcaldes anglos Patricia Dowling y Michael Sullivan predecesores de Lantigua.
La reducción del crimen en la ciudad de Lawrence como el robo carro, vandalismo a la propiedad privada, el trafico de drogas, y la delincuencia juvenil fueron historia en 1995 con el buen trabajo del jefe de policía Capitán Robert Hayden, quien con un cuerpo policial de 120 miembros, pudo freno a los actos delititos sin temor y dureza.
Es momento de pedir la renuncia inmediata del Jefe de la policía John Romero, o destituirlo de su cargo por incompetente al cargo. La ciudad de Lawrence necesita un jefe de policía comprometido a protegerla sin importar quien sea el alcalde. No se quiere un jefe de policía político ni un burócrata de oficina. Necesitamos la fuerza policial en las calles patrullando y protegiendo los negocios y la ciudad. No policías saboteadores al orden ni abusando de su autoridad.
Lawrence necesita un cuerpo policía unido y trabajador, el cual confiar, digno para que las familias puedan vivir seguras y en paz.
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